qué soy yo sino la maraca de las flores y el amor.
qué hermosa, preciosa historia. esperaba casi nada, pero quise llorar todo el tiempo. era todo tan hermoso que no puedo recordar una sola cosa en específico porque todo tenía un aura amarillenta-rosada que inundaba el pecho y era tan hermoso.
Sal y Shaal son lo mismo, en el fondo. no lo saben porque nunca se lo han dicho, pero lo saben porque comparten el tiempo y las miradas como pueden y quieren. por algo el espejo los conecta, y por eso Shaal es capaz de admirar la forma hermosa en que Sal practica el Ikebana en silencio, en paz, mientras Shaal solo se enamora cada segundo un poquito más.
hay algo tan hermoso y tierno en enamorarse sin saber su nombre. el nombre es prácticamente la base de la identidad, y esa era la principal pista del hecho de que eran lo mismo, pero no necesitaban eso, no necesitaban saber que eran el reflejo mutuo porque daba igual eso mientras se tocaran las manos - las manos que Shaal describía como creadoras de la belleza, las manos que Sal sentía eran su salvación. es el toque final descubrir que son lo mismo y que siempre los ha conectado la flor de sal, el medio del espectro de estos dos seres humanos vulnerables y enamorados.
muy precioso. algo tan dulce que ahora tendré que acostarme en mi cama escuchando the smiths pensando en lo mucho que el amor nos ha entregado y cuán maravilloso es que la gente se pueda amar.
lo amo. es increíble y solo lo amo. qué gran manga. tengan una gran vida, amantes de las flores y fanáticos uno del otro.
The Man in the Mirror